Es uno de los problemas más atendidos debido a sus importantes consecuencias en los diferentes ámbitos de la vida del niño/a.

En función de qué síntomas sean los que más predominen se distinguen tres tipos:

• Falta de atención (inatención): se distraen con facilidad, les cuesta mantener la atención, a veces se olvidan de las cosas, les cuesta organizarse, comenten errores o pierden cosas, evitan realizar actividades que conlleven mucho esfuerzo mental o que sean largas.
• Hiperactividad e impulsividad: se suelen mover mucho (corren, saltan, trepan, les cuesta mantenerse sentado/as, suelen dar golpecitos con los pies o las manos, suelen hablar mucho y les cuesta esperar su turno). También es frecuente que tengan dificultades para realizar actividades tranquilas. Da la sensación de que tuvieran mucha energía que gastar.
• Combinada: tienen síntomas de los dos tipos anteriores.

Es importante destacar que no todos los niños inquietos o despistados tienen TDAH o TDA. Es necesaria la realización de un buen diagnóstico que evalue detenidamente los diferentes síntomas y factores.